El areómetro de Nicholson es una “balanza acuática” que ya solo pertenece a la historia de la Ciencia, como un ingenio de diseño del químico inglés William Nicholson en 1790.

Hoy ya solo lo podemos encontrar en museos de Ciencia,  valorados como una antigüedad científica de otros tiempos en los que las medidas se basaban en medios mecánicos, y ya veréis que funciona bastante bien.

Esta “balanza-hidrostática” nos permite calcular el “Peso real” de un sólido, el “Peso aparente” del sólido sumergido,  y el “empuje”  a costa de usar las clásicas pesas de gramos y fracciones de gramo. Cada medida supone un entretenimiento interesante,  que requiere su tiempo y un grado de tranquilidad y paciencia.

Se usa para calcular el peso específico o la densidad de un sólido, en este caso más pesado que el agua.

Ya veréis la descripción y la forma de usarlo en el vídeo, pero la característica que resuelve este aparato es que sumergimos el sólido en agua evitando el uso de hilos, o ganchos que alterarían el  “volumen del agua desplazada” en la inmersión del sólido en agua.

La Ciencia en su viaje por la precisión, y la aproximación a la exactitud tuvo aquí otro momento de su historia que os invito a ver.

(Pablo Covaleda.  En Teruel  Noviembre de 2018)

Ah!, esta vez son 6.30 minutos…. se lo merece Nicholson.