La tradición de regalar huevos durante estas fechas viene de siglos atrás, fue durante el siglo XIX cuando comenzaron a proliferar los de chocolate. No hay un origen global de esta procedencia y esta costumbre bebe de muchas culturas y hechos diversos.

Para los egipcios simbolizaba la llegada de la primavera y estaba relacionado con la fertilidad, los pintaban y colgaban de las casas confiados de que los dioses recogerían sus plegarias al amanecer.
De hecho hay quien relaciona el origen de la palabra Easter (Pascua en inglés) con la diosa Istar, venerada por los babilonios.
Más cerca de nuestro tiempo, los católicos los relacionaron con la muerte y Resurrección de Jesucristo. En la antigüedad, la prohibición de comer carne durante la cuaresma se extendía también a los huevos y durante esos días, y para su mejor conservación, los cubrían de cera y más tarde de pintura para regalarlos a familiares y amigos.
Con el paso de lo siglos y la influencia cultural, en muchos países el conejito de pascua esconde los huevos de chocolate para que los más pequeños los busquen por parques y jardines. En nuestro cole también hemos dado lugar a una tradición, pues llevamos 10 años realizando una adaptación que a los alumnos les resulta muy divertida. Todos participan trayendo chuches, huevos de chocolate o golosinas de pascua y, tras juntarlos todos, la teacher los esconde y… a buscar!! Cuando todos tienen un poco, entonces pueden llenar sus cestas hasta arriba. Entre todas las chuches también escondemos unas orejas doradas en cada búsqueda, unas en cada clase.
Los niños corren por la pinada del colegio, apartan ramas, saltan arbustos, buscan entre la tierra y la hojarasca… una cita anual que disfrutan con un final muy dulce.​